Completando el ciclo de comunicación
Dar nuestra opinión, compartir un argumento en desacuerdo, explicar y comentar diferentes creencias y percepciones de una situación, compartir diferentes puntos de vista, hacer una crítica constructiva, explicar de forma clara nuestros criterios, hablar de nuestras emociones o sentimientos en una conversación, recibir retroalimentación o feedback…
¿Cuántas veces nos encontramos en situaciones de este tipo y queremos gestionarlas de forma asertiva, preservando una relación y llevando a cabo una comunicación eficaz? Tal vez hemos desarrollado estrategias de no expresar lo que pensamos y sentimos por no herir sentimientos y en aras de una supuesta protección de una relación o de evitar reacciones agresivas.
La mayoría de las personas no hemos sido entrenadas ni en la escuela, ni en entornos familiares en expresar nuestra opinión de forma asertiva, tal vez no hemos aprendido a escuchar ni a cómo comunicarnos para ser escuchados.
Aunque no nos hayamos entrenado, podemos empezar a hacerlo.
La importancia de expresar opiniones
Dar nuestra opinión, explicar lo que sentimos no sólo es importante para entendernos, sino que nos hace más humanos. Compartir lo que realmente pensamos de una situación, sobre una idea o proyecto, sobre una relación, es lo que puede marcar la diferencia entre tener intercambios más o menos superficiales y realmente comprendernos y poder llegar a acuerdos. Poder sentirnos capaces de expresarnos nos aporta más confianza y seguridad en nosotros mismos y aumenta la autoestima.
¿Podemos imaginar, aunque sea solo tres situaciones, en las que nos gustaría dar nuestra opinión, explicar lo que sentimos y ser escuchados y comprendidos? ¿Podemos recordar dos situaciones en las que ha habido un malentendido que nos gustaría aclarar?
Sugerencias para dar nuestra opinión
1. Reflexionar sobre las consecuencias de entendernos mejor con una persona determinada como: mejorar la relación, aumentar la confianza, llegar a algún acuerdo.
2. Ser conscientes de que, cuando damos nuestra opinión a una persona, es una opinión sobre una conducta, una estrategia, una idea, no sobre la persona en sí.
3. Tomar conciencia de aquellos aspectos que sí que valoramos de un proyecto, de una relación, de una idea o de la conducta de una persona.
4. Expresar lo que opinamos, poniendo ejemplos concretos sobre mejoras concretas, explicando los motivos por los cuales no estamos de acuerdo con una idea inicial y cómo pensamos que se puede mejorar.
5. Es posible que cuando una persona ha llevado a cabo una conducta, aunque nos parezca muy inadecuada, posiblemente esa persona en ese momento, no supo hacerlo mejor, o estaba preocupada, o no estaba tranquila, o se sentía insegura o tenía miedo de sentirse juzgada.
Saber recibir el feedback de otra persona
Otro aspecto importante a la hora de dar una opinión es saber recibir la opinión de otra persona, que está en desacuerdo con nosotros.
1. A veces es importante encontrar un buen momento para escuchar bien, por ejemplo para tomarnos un café y tener una conversación tranquila, es decir darnos tiempo para prepararnos y escuchar desde la tranquilidad.
2. Es importante saber escuchar los argumentos de esa otra persona, desde una buena escucha, desde la curiosidad por comprender el punto de vista de la otra persona, parando nuestros juicios o prejuicios, en la medida de lo posible.
3. Cuando escuchamos los argumentos de otra persona, con los que estamos en desacuerdo, podemos pedir ejemplos de porqué esa su opinión representa una mejora o tiene una consecuencia positiva para esa persona, también podemos preguntar los motivos por los cuales esa otra persona defiende esos argumentos o qué creencias tiene al respecto. También podemos preguntar abiertamente sobre cómo mejoraría esa persona una situación o una idea determinada.
4. Una vez conocemos los argumentos de esa otra persona, los motivos por los cuales esos argumentos son importantes para ella, podemos expresar nuestra opinión, darle nuestro feedback, con nuestros motivos y las ventajas que nuestra idea representa para nosotros.
Desarrollando la retroalimentación
En este proceso de comunicación, escucha y retroalimentación o feedback, es muy probable que nuestra percepción de la situación de desacuerdo cambie de perspectiva, adquiramos una visión más amplia, comprendamos los valores de la otra persona y podamos expresar los nuestros.
Además, es probable que podamos encontrar elementos en los que coincidimos y/o posibilidades de entendimiento y acuerdos.
Atrevernos a preguntar, practicar la escucha y desarrollar una forma asertiva de dar nuestra opinión puede transformar nuestras relaciones de forma muy eficaz. Con el tiempo iremos incorporando cada vez más la práctica de escucha sin juicios, seremos capaces de matizar nuestros argumentos y de escuchar los matices de otras personas, de encontrar formas más empáticas y creativas de relacionarnos.
En el proceso de expresar nuestras opiniones, escuchar a los demás y dar feedback constructivo, también cultivamos la resiliencia emocional. La capacidad de adaptarnos y aprender de las experiencias, incluso en situaciones de desacuerdo, nos fortalece y enriquece nuestras relaciones.