Mindfulness es una manera de ser y una manera de ser que requiere práctica. Cuando observamos sin juicio el surgir de los fenómenos de la experiencia con una actitud de apertura y amabilidad vamos construyendo ecuanimidad. La mejor manera de comprender es experimentar y por eso la propuesta de una práctica que puedes hacer durante el día las veces que puedas.
- Encuentra una posición cómoda y respira hondo. Como si durante tres o cuatro respiraciones completas quisieras refrescar tu interior: inspirar y exhalar …
- Invítate a dejarte ir, relajarte y conecta con esta sensación.
- Entrando en tu cuerpo y mente, aquí y ahora.
- Observa durante unos instantes el fluir de la respiración y aunque en tu mente aparezcan pensamientos deja que tu mente vuelva con amabilidad a llevar la atención a las sensaciones de la respiración.
- Ahora deja que trabaje tu imaginación: el efecto de la imaginación no es imaginario.
- Imagina un momento en que te sientes equilibrado/a. Podría ser un momento en que estabas a punto de gritar, pero en cambio vas hacer una pausa. Podría ser cualquier cosa.
- Intenta recordar un momento en que te sentiste equilibrado/a. Observa si puedes ver, oír o sentir como era. ¿Dónde estabas? ¿Qué viste? ¿Qué escuchaste? Lo más importante, ¿qué sentiste dentro de ti?
- Si no te pasa nada, puedes imaginar una montaña. Una montaña es sólida, fuerte y poderosa. ¿Puedes recordar un momento en que sentiste la fuerza de una montaña o imaginar cómo es esto? ¿Cómo se siendo esto?
- Podríamos decir que las cosas fueron como fueron. Podría estar con ello como estaba. Puedo estar con las cosas como estaban. Puedes repetir las palabras en tu mente: Puedo estar con las cosas como estaban. voy manejar esto con fuerza, con ecuanimidad.
- Observa lo que sucede dentro de ti al recordar este momento o al imaginar la montaña. respira y nota lo que sucede dentro de ti.
- Ahora imagina algo que ha dificultado encontrar ecuanimidad, encontrar equilibrio. Podría ser alguna cosa simple, o quizás estás abrumado / a por el trabajo o la falta de trabajo.
- Las cosas son como son. Puedo estar con las cosas como son. Quizá no me gusten estas cosas, y esto está bien. Quizá no sean lo que quiero, pero puedo estar con ellos. Tengo la capacidad de estar con la vida tal como es.
- Cuando recuerdes esta situación, observa el que le pasa a tu cuerpo. Puede que haya un poco de tensión: contracción, constricción o aversión. Quizá no te guste. Querrías que fuera diferente. Sólo respira y nota.
- Ahora, usamos palabras que podrían ser útiles. Puedes imaginar enviarte estas frases a ti mismo en esta situación o enviarlas a la situación. Las cosas son como son. Puedo estar con las cosas como son.
- Repite las frases y luego verifica lo está sucediendo. Eres como eres. Puedo estar contigo como eres. Soy como soy.
¿Puedo aceptarme tal como soy? ¿Puedo capear esta situación con gracia, ¿con ecuanimidad? - Mientras dices estas palabras, mira si puedes recordar cómo te sentiste en la parte anterior de la meditación y recrea este sentir aquí y ahora. Las cosas son como son. Puedo estar con las cosas como son. Quizá no me gusten estas cosas, y esto está
bien. Quizá no sean lo que quiero, pero puedo estar con ellas. Tengo la capacidad de estar con la vida tal como es. - Qué palabras vuelos decirte relacionadas con tu situación? Dilas ahora.
- Volvemos a este recuerdo, esta imaginación de la solidez, la fuerza y la capacidad que todos tenemos dentro de nosotros para manejar lo que trae la vida. Siéntate aquí con esta sensación para respirar un poco más. Puedes decirte a ti mismo/a: lo que sea a lo que haya que enfrentarse, esto ha de venir y no lo sé, ¿puedo enfrentarse con ecuanimidad?
Antoni Lacueva
Presidente de la Asociación Profesional de Instructores de Mindfulness-MBSR