Podríamos decir que la creatividad es un estado interno que tiene que ver con el juego, la curiosidad, la ilusión, la motivación… La creatividad está relacionada con el aprendizaje, con el probar y observar el resultado, con llevar a cabo una actividad de formas diferentes. Prácticas como «el no-juicio» favorecen que nos atrevamos a probar formas nuevas, caminos nuevos, que descubramos nuevas maneras de vivir una situación cotidiana. La creatividad es algo intrínseco en el ser humano y se puede favorecer y desarrollar. El ser humano y todo su sistema neuromuscular, toda la su fisiología, está preparada para que seamos creativos.
Dependiendo de nuestras experiencias en la vida y de las respuestas recibidas a nuestros actos creativos, estos se van reforzando o van quedando limitados. Dependiendo de si hemos oído que recibíamos apoyo y hemos sido reforzados a la hora de hacer algo de forma diferente, hemos reunido más atrevimiento para continuar haciéndolo durante nuestra vida.
Pero incluso si no hemos sentido que recibíamos apoyo en nuestra creatividad, sí que nos podemos permitir pensar diferente, lo que llamamos «pensar fuera de la caja «(out of the box, en inglés) es muy importante en el desarrollo de nuestra creatividad. Creatividad tiene que ver con «estar abierto a opciones», con imaginación, con lluvias de ideas, pero también con concreción, con aterrizar las ideas en acciones y pasos concretos, con aprender «haciendo», con encontrar alternativas si los pasos que vamos poniendo en marcha no resultan eficaces.
Aquí es importante la flexibilidad y esta actitud de «Manos a la obra«. También es importante en los procesos creativos que seamos capaces de evaluar los resultados de lo que vamos consiguiendo. Necesitamos saber si lo que hacemos funciona o no y por eso necesitamos ser capaces de realizar una valoración autocrítica, sin juzgarnos, pero siendo realistas y conscientes de cómo podemos mejorar en alguna parte del proceso creativo.
La creatividad requiere escuchar nuestras intuiciones y ponerlas en práctica, eventualmente. La capacidad de ser creativo se puede estimular a través de lenguaje simbólico, de la utilización de metáforas, a través de la expresión artística en las sus múltiples manifestaciones y esto está relacionado con nuestros sentidos y cómo los vamos estimulante en nuestro día a día. Por ello es fundamental practicar visualizaciones de cómo quedará esta idea que estamos imaginando, dibujarla o buscar imágenes que la representen, darse cuenta de cómo me sentiremos cuando esta idea esté ya concretada, que sentiremos al nuestro alrededor y que nos diremos internamente.
Empecemos pensando en un proyecto nuevo, abramos un diccionario por cualquier página, elijamos al azar alguna palabra y ahora, utilicémosla para encontrar ideas para nuestro proyecto. ¿Lo probamos?
Demos curso a nuestra creatividad.
Eulàlia Robert